El próximo martes los alumnos de 4º ESO vamos a asistir a la representación de La casa de Bernarda Alba.
Para que os sirva a modo de introducción...
FEDERICO GARCÍA LORCA. POETA Y DRAMATURGO (Ved el enlace)
CONTEXTUALIZACIÓN: ¿Por qué saltamos en el
tiempo?
Próximamente vamos a
asistir a la representación de una obra teatral: La casa de Bernarda Alba,
de Federico García Lorca, poeta de la Generación del 27.
Actualmente estamos viendo
el Romanticismo y comenzando (o a punto de comenzar el Realismo). El
Romanticismo supone rebeldía contra las normas establecidas, evasión de una
realidad que les desagrada y contra cuyas imposiciones sociales también se
rebelan y, sobre todo, búsqueda e indagación de los sentimientos, muchas veces
a través del sueño.
El Realismo reaccionó en
cierta medida contra el Romanticismo, huyendo del sentimiento y proponiendo una
literatura “espejo” de la realidad y sus problemas.
Como en los movimientos
literarios se tiende a la repetición cíclica, algo parecido vuelve a suceder
después y en la propia figura de Lorca, por eso no os resultará difícil
entenderlo aunque avancemos un poco más y nos situemos en los años 20.
VIDA
Lorca nació en Fuentevaqueros,
un pueblo de Granada en 1898, un año crítico para España, en el que se pierden
las últimas colonias españolas (Cuba y Filipinas) y se vuelve a un nuevo
periodo de crisis y de desengaño (como en el Barroco, en el Romanticismo...).
Estudió en la Residencia de
Estudiantes de Madrid, lugar en el que coincidió con otros poetas de la llamada
Generación del 27, que se constituye precisamente para homenajear a un autor
barroco: Góngora (1627) y le realizan un funeral a modo de homenaje. Allí se
relaciona con artistas, músicos, no solo con escritores, como Dalí y el
cineasta Luis Buñuel. El propio Lorca también destacaría con sus dibujos.
Esta generación de poetas y artistas pretenden rebelarse y huir
de la sociedad y de una realidad con la que no se sienten conformes a través de
unos movimientos que denominamos vanguardias. Uno de esos movimientos
vanguardistas fue el surrealismo que indagó en el mundo de los sentimientos ocultos
fundamentalmente a través del sueño (como veis, algo parecido a los
románticos).
Entre 1929 y 1930 viaja a
Nueva York y ese viaje (reflejado en su obra Poeta en Nueva York) le
sirve para dar un cambio. Allí Lorca se ahoga (gran ciudad, con una población
negra también marginada, mezcla cultural) pero también se rebela: hay que
cambiar la sociedad. Supone el paso del “yo” al “nosotros”, de sus sentimientos
a la realidad (como el paso del Romanticismo al Realismo, en cierto modo). “Hay
que abrirse las venas por los demás” llegó a decir. Por eso a su regreso a
España redescubre el teatro como vehículo de expresión de ideas, de
concienciación de los problemas de la sociedad y también de educación para las
clases desfavorecidas y en su mayoría analfabetas que han ahogado su vida en el
trabajo no pudiendo estudiar ni acercarse al arte. Así en 1932 funda la
compañía teatral “La Barraca” que va de gira por todos los pueblos de España,
representando obras clásicas pero también sus propias obras: Bodas de sangre
(historia de amor trágica entre gitanos, recientemente versionada en cine: La
novia), Yerma (dolor de una mujer incomprendida que no puede tener
hijos) y La casa de Bernarda Alba.
En esta última, que es la que vamos a ver, se centra de nuevo en
los protagonistas femeninos pero tratando también el tema del destino trágico
que acaba llevando a la muerte. En especial denuncia en esta obra la
“esclavitud social de la mujer” obligada a estar recluida en casa, dominada por
un mundo en el que solo los hombres tienen posibilidades de prosperar
(estudiar, trabajar, vivir la sexualidad con libertad).
La casa de Bernarda Alba
Tras la
muerte de su segundo marido, Bernarda Alba (mujer bastante varonil) impone a
sus cinco hijas un severo luto y les prohíbe salir de casa. El tema central de
la obra será el enfrentamiento entre la autoridad y la libertad, entre la
realidad en la que viven las hijas y sus deseos insatisfechos. Es la historia
de una rebeldía contra la represión que acabará en tragedia. (¿Te suenan estos
temas en el Romanticismo?...)
Fíjate en
algunos aspectos simbólicos: el espacio cerrado donde transcurre la acción
(frente al mar o el campo que suponen la libertad), el hilo y la aguja como
representación del papel tradicional de la mujer, el bastón de Bernarda como
imagen de la autoridad y el poder, el silencio (irracional muchas veces que
impide el diálogo y la expresión libre de la propia voluntad...), el caballo
que da coces (impulsos vitales reprimidos como la sexualidad)...
Las palabras de García Lorca, para quien "el
teatro fue siempre mi vocación", nos ayudarán a
entender mejor su teatro:
Tengo un concepto del teatro en cierta forma personal y
resistente. El teatro es la poesía que se levanta del libro y se hace humana. Y
al hacerse humana, habla y grita, llora y se desespera. El teatro necesita que
los personajes que aparezcan en la escena lleven un traje de poesía y al mismo
tiempo que se les vean los huesos, la sangre. Han de ser tan humanos, tan
horrorosamente trágicos y ligados a la vida y al día con una fuerza tal, que
muestren sus traiciones, que se aprecien sus olores y que salga a los labios
toda la valentía de sus palabras llenas de amor o de ascos. [Declaraciones
a La Voz, 7 de abril de
1936]