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LA METAMORFOSIS – FRANZ KAFKA
(Proc.: Javlangar)
1.- PERSONAJES
Gregor Samsa es el protagonista de este
relato. Vive con sus padres y con su hermana Grete y lleva cinco años
trabajando en la misma empresa, desde que el negocio de su padre quebró. En ese
momento, Gregorio tuvo que empezar a trabajar como dependiente para pagar la
deuda que sus padre tenía con su jefe y rápidamente se convirtió en viajante de
comercio; su trabajo es el único sustento de la familia. Ante su
transformación, duda, no lo cree, pero al final lo acepta. En este proceso,
Gregor muestra su preocupación por su familia, porque sabe que todos dependen
de él. Busca la aceptación de sus padres y hermana, pero sólo obtiene el
rechazo por ser lo que es. Al intentar comunicarse con los seres humanos,
provoca asco, rechazo e incomprensión, efectos que le llevarán a la muerte.
Grete Samsa es la hermana
de Gregor, tiene inquietudes musicales y algo más de carácter que su madre.
Adoraba a su hermano. Hasta la metamorfosis su única tarea era la costura con
lo que le quedaba mucho tiempo para hablar con Gregor.
Después de que su hermano se
transforma en un insecto, se ve obligada a trabajar de dependienta. Su carácter
dulce e inocente cambia.
Es la que se encarga de su
hermano aunque siente asco cuando lo ve. Se ocupa de que tenga espacio
suficiente, de que tenga la comida que le gusta e intenta que su madre no vea a
Gregor para que no se asuste. Pero cuando empieza a trabajar estas atenciones
desaparecen y acaba rechazando a su hermano, cuya transformación representa el
final de los ideales musicales de Grete.
El señor Samsa tuvo su negocio hasta cinco años
antes, cuando quebró, tras lo cual no volvió a trabajar, por lo que es Gregor
quien mantiene a la familia. Cuando ocurre la metamorfosis de su hijo vuelve a
trabajar de ordenanza en un banco, lo que al principio toma como una
humillación. Muestra un carácter autoritario, y es quien castiga a su hijo por
su transformación, al arrojarle la manzana. Lo rechaza hasta el punto de que no
quiere que salga de su habitación. Cuando su hijo muere solo se siente aliviado
hasta tal punto que al día siguiente reanuda su vida normal en familia.
La señora Samsa tiene una salud irregular puesto
que se cansa con facilidad y le falta la respiración. Desde que lo ve
transformado, siente un enorme asco y repulsión hacia Gregor, como demuestra
desmayándose constantemente; poco a poco se va acostumbrando a su hijo, aunque
acaba dejando los cuidados en manos de su hija Grete. Muestra una cierta
comprensión maternal, pero, como todos, la muerte de Gregor la alivia.
Criadas: Ana, la primera criada, al
descubrir la transformación de Gregor, pide a sus señores el despido porque no
puede soportar esa situación debido a la repulsión que le causaba y prometió
ser discreta. La segunda criada, una mujer de unos 60 años, pide no salir de la
cocina, pero acaba siendo despedida. La tercera criada es totalmente diferente
a las anteriores; no solo porque acepta la presencia de Gregorio sino que
además se muestra dispuesta a cuidarle, aunque lo desprecia.
Huéspedes: eran tres señores muy formales,
de barba, a los que molestaban los trastos inútiles y la suciedad; eran muy
exigentes. Al conocer la existencia de Gregorio se ven notablemente molestos y
se despiden. Son expulsados de la casa por el señor Samsa. Representan la moral
burguesa.
2.- ESPACIO
La metamorfosis de Franz Kafka es una
obra en la que el espacio es clave para el desarrollo de la trama. El lugar
donde suceden la mayoría de los hechos es uno: la casa de la familia Samsa.
Esta se divide en varios cuartos o habitaciones de los cuales hay que destacar
el dormitorio del protagonista, el hijo mayor, Gregor, que es donde pasará el
resto de su vida tras la repentina y desafortunada transformación; igualmente,
la cocina, y el salón tienen su relevancia, pues son lugares de confluencia
para los distintos miembros de la familia. En general, la casa de los Samsa es
propia de una familia burguesa, pues Gregor, que posee un puesto importante
(representante) en una empresa dedica gran parte de sus ganancias para poder
vivir sin el menor inconveniente.
Los
espacios que aparecen a lo largo de la historia son descritos de manera
realista y detalladamente, a través de diferentes elementos fundamentales, ya
sea los muebles (sofá, estantería, armario…) o por medio de los recorridos de
ese “monstruoso bicho” en el que se convierte Gregor (por ejemplo cuando
corretea de un lado a otro nos va haciendo el camino en nuestra imaginación
como si nosotros mismos estuviéramos viendo a una cucaracha o escarabajo por la
pared). Es necesario apuntar también que predominan los espacios interiores, ya
que toda la historia tiene lugar dentro de la casa, y la única vez que se habla
de espacios exteriores son meramente nombrados al recordar que antes de la
metamorfosis de Gregor, la familia Samsa acostumbraba a dar paseos por el
parque. Sólo al final del relato aparece el espacio exterior, lleno de luz,
como corresponde al “futuro prometedor” que espera a la familia Samsa.
La
conexión entre los distintos lugares que aparecen en el relato se hace a través
de los personajes, especialmente por medio de la hija pequeña, Grete Samsa, la
hermana de Gregor. Los recorridos que realiza Grete para dar de comer a su
hermano y limpiar su cuarto son la principal vía de conexión entre las
distintas habitaciones. Sólo con la llegada de los tres hombres como inquilinos
de una habitación- que los Samsa habían alquilado para obtener alguna ayuda
económica para cubrir los gastos de la casa- y, finalmente, cuando Gregor decide
salir de su cuarto, aparecen descritos los pasillos que recorre Grete.
Por
último hay que decir que el espacio en esta obra, no es un mero marco que
carece de protagonismo en la historia, sino que tiene gran relevancia con
respecto al estado de ánimo del personaje principal (Gregor), ya que, cuando su
habitación permanece cerrada, sólo es capaz de pensar en aspectos negativos y
sus sentimientos se empiezan a volver en contra de su familia con ánimo de
aislarse todavía más, pero durante el tiempo en que deciden abrirle las puertas
para que pueda escuchar todo lo que hablan, sus pensamientos e ideas de
cerrarse en su “mundo” desaparecen. Debido a esto se podría considerar el
dormitorio donde vive Gregor como un espacio simbólico, cerrado y asfixiante, y
que por ello representa el aislamiento del mundo humano, al cual ya no puede
volver, pero por otro lado, las puertas abiertas pueden simbolizar la unión o
intención de acercamiento del resto de la familia hacia su hijo. Al final,
cuando el insecto muere, la casa de los Samsa pasa a simbolizar la desgracia de
la familia, por lo que deciden mudarse a otro piso más asequible y que les haga
olvidar todo lo sucedido.
3.- TIEMPO
El relato no
tiene marcas temporales externas, aunque, por la localización en un medio burgués
y por el trabajo del protagonista, podemos deducir que se desarrolla a finales
del siglo XIX o principios del XX.
Por otro lado, el tiempo interno de la obra es
lineal, sin digresiones, que proporciona un fácil entendimiento en el
transcurso de los acontecimientos. El relato dura aproximadamente cuatro meses,
como podemos comprobar por ciertas alusiones que encontramos respecto a la
estación del año o a las condiciones metereológicas a las que se hace
referencia. En el comienzo de la obra el narrador nos hace saber que estamos a
finales de noviembre, pues a través de nuestra lectura podemos apreciar que el
cielo está encapotado por las lluvias de finales de otoño que anuncian el
invierno. Asimismo, su final, que coincide con la muerte del protagonista,
tiene lugar en un día primaveral de finales de marzo.
Resultan
relevantes ciertos momentos del día: la mañana, poco después del mediodía y la
tarde. Los dos primeros momentos hacen referencia al tiempo fijado para darle
la comida a Gregor, que coinciden, precisamente, con aquellos momentos en que
sus padres duermen. Lo que el protagonista pretende conseguir con esto es
aliviar a sus padres del dolor que les causa ver su estado. Igualmente, la
tarde es también relevante a partir del día en que el padre le lanza manzanas,
porque se decidirá abrirle la puerta del comedor todos los días para que Gregor
pueda ver a su familia alrededor de la mesa sin que ellos le vean, pues éste
necesitaba sentir su presencia.
Por otro lado,
no podemos hablar de flashbacks propiamente dichos, pero sí que
encontramos los recuerdos de Gregor de otros tiempos mejores.
4.- TEMAS
Las obras de Kafka muestran la problemática esencial
de la época: la soledad, la alineación y la desorientación del individuo en la
complejidad del mundo moderno, su inseguridad, desesperación e impotencia ante
poderes imprecisos y desconocidos que lo degradan y destruyen psíquica y
físicamente. En estas narraciones, el ser humano es incapaz de comprender lo
que acontece a su alrededor, se siente perdido, confundido y desconcertado. Es
un ser sin trascendencia metafísica, cuyas aspiraciones y pretensiones se
circunscriben exclusivamente a la inmanencia terrenal.
La metamorfosis se sustenta en un conflicto
padre-hijo. Esta narración muestra, a raíz de la inesperada metamorfosis del
hijo en un insecto, la deformación y la destrucción del individuo que provocan
las estructuras autoritarias y jerárquicas de la familia. La narración se
inicia con la transformación, en un insecto de enormes proporciones, del viajante
de comercio Gregor Samsa, un ser solitario, introvertido y sumiso, que mantiene
a su familia con su trabajo; cuando trabajaba, era apreciado por todos, pero,
ahora que no puede trabajar, es despreciado.
Poseído por un profundo sentido de la responsabilidad,
Gregor teme la reacción que su espantoso aspecto provocará en su familia. Se
siente culpable por no poder seguir siendo útil a los seres que sustentaba. Su
propia familia, sin embargo, se avergüenza y huye de él, y hasta lo tiraniza y
lo rechaza. El padre, de carácter severo y despótico, lo humilla y lo trata con
suma crueldad. Todos sus intentos por escapar de la reclusión a la que es
sometido fracasan ante el rechazo hostil de los seres que lo rodean. Prisionero
en su habitación e imposibilitado para continuar desempeñando la única función
de ganar dinero que tenía encomendada, opta finalmente, con el consentimiento
de sus padres y hermana, por morir de inanición. Con ello se libera de una
existencia servil e infeliz.
Narrada desde la perspectiva del protagonista, el
narrador no reproduce la realidad, sino que la construye. Recrea una
metamorfosis imaginada, vivida de manera figurada por el protagonista en un
estado de somnolencia tras un agitado sueño. Decepcionado de una profesión que
contra su voluntad lo obliga a viajar de continuo, incapaz de dejarla en la
vida real por consideración hacia su familia y por sometimiento a la autoridad
del padre, el protagonista concreta su profundo desagrado en su ficticia
transformación en un insecto, un parásito con el que el mismo Kafka fue
comparado en repetidas ocasiones por su propio padre. La figura repugnante en
la que se convierte Gregor es exponente grotesco no sólo de la manifestación,
largo tiempo deseada pero reprimida, de una disconformidad y de un descontento,
sino también de una existencia desdichada y esclavizada. El inconsciente, sin
poder controlar los deseos reprimidos, se rebela contra una situación alienante
y se expresa a través de la imaginación de una circunstancia figurada, de un
estado supuesto que libera al sujeto de sus obligaciones profesionales. Pero
esa liberación conlleva inevitablemente el miedo a la dura sanción que su
familia le impone: el aislamiento y la exclusión; en especial, empero, la
condena del padre. La narración expone así la relación dialéctica que se da
entre la destrucción del individuo y la consecución de la anhelada utopía
liberadora, entre la degradación del ser humano y la esperanza emancipadora.